Saturday, September 17, 2011

La impunidad se impone desde Miraflores


Cantaura, Yumare y siete masacres más



Rafael Rivero Muñoz
Caracas 16/09/11

“… Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda…”
Mark Twain (1835-1910)

Sobre conocidos y muy delicados detalles de ese tan candente tópico de la impunidad en los asesinatos colectivos, las masacres de civiles desarmados, alguien debería recordarle a Hugo Rafael Chávez Frías, aquella famosa y pertinente sugerencia de Juan Carlos I, Rey de España:

“… Por qué no te callas…”. (Santiago de Chile 10/11/2007)

Mientras todo el contingente militar y civil de Miraflores, tribunales, FGR y jefaturas militares y de policías tratan de poner sordina a los asesinatos del cabo segundo ® de la GN Luís Alberto Fuentes Pernía y de Edilberto Rosales Escalante, copiloto y transportista de esos 1.400 kilos de cocaína estibados en la narcoavioneta YV–2531 del Cabo San Román el 12/08/11, en paralelo, el líder de la revolución, Hugo Rafael Chávez Frías, expresamente sabotea todo ese denodado y colectivo esfuerzo.

Difícil

Sino imposible a estas alturas, saber si se trata de una extraordinaria ignorancia que le distinguiría o si, presionado como está por el afanado lobby de los agentes de los carteles de la cocaína y sus soleados y asoleados afines del entorno, está haciendo llegar a interesados y subalternos la “voz del amo”: No se investiga y se silencia el asunto.

Precisamente, con esa, su… misión, para paralizar cualquiera sea el proceso de investigación criminal que se intente en cualquiera sea el momento y la instancia nacional de la cual se trate.

Pero, con estas histéricas manifestaciones de Hugo Rafael Chávez Frías, frenético por apagar el fuego, sólo le escancia más combustible y está avivando las llamas.

Imposible distinguir entre idiotez y complicidad

“… El presidente Hugo Chávez afirmó que algunos comisarios regionales están entrenados para matar… Hay algunos que yo conozco muy bien, comisarios de la antigua PTJ o de la antigua Disip, gente que está entrenada psicológicamente para matar, asesinos de Cantaura y de Yumare…” (El Nacional 15/09/11 página ocho)

Afirma Hugo Rafael Chávez Frías, conoce “… muy bien a algunos comisarios de la antigua PTJ o Disip… entrenados psicológicamente para matar…”, debemos asumir entonces que es porque también conoce al detalle uno y otro de esos crímenes a los cuales se refiere, desde el momento en que especifica dos de los impunes y más citados asesinatos de civiles desarmados, o masacres: Cantaura y Yumare.

Y se anuncia hoy la destitución del director del CICPC Wilmer Flores Trocel.

Sin embargo a estas alturas de la información no podemos asegurar si éste es entonces uno de esos comisarios “entrenados psicológicamente para matar” que conoce Hugo Rafael Chávez Frías y si unimos esa calificación a los dos asesinatos del 12/08/11 en el caso de la narcoavioneta, deberemos pensar en una de dos posibilidades: a) Es un señalamiento presidencial expreso de la responsabilidad por acción de Wilmer Flores Trocel en los dos asesinatos, dado su entrenamiento psicológico; b) la incompetencia en el control de ejecución de la misión de los 40 y tantos efectivos del CICPC destacado al Cabo San Román el 12/08/11 más un piloto titular del CICPC para la YV–2531, por omisión en las tareas de comando, trajo como consecuencia esos dos asesinatos que ahora resultan difícil de explicar y comprometen responsabilidades al más alto nivel del Ejecutivo.

También debe quedar claro a todos los efectos, que muchos son los comisarios de la antigua PTJ y Disip que, siendo su especialidad porque fue para eso que se entrenaron y de ello deriva su experiencia de décadas, conocen a cabalidad a uno y otro criminal de este entorno presidencial y los detalles de algunas de sus especialidades criminales, fuere en una u otra modalidad.

Si como afirma

Hugo Rafael Chávez Frías conoce bien a esos crímenes y los criminales, no podrá entonces jamás alegar ignorancia de los importantes detalles que distinguieron y distinguen aún sus modus operandi comenzando por la concepción del crimen, la planificación, la habilitación de capacidades, el aprovechamiento y/o la creación de las oportunidades y la argumentación de los motivos para la ejecución material de los crímenes que sistematizaron particularizando aquellos asesinatos en no menos de diez operaciones contra víctimas desarmadas y estos actualizados desempeños militares y civiles de la revolución.

Entre otras, a esas dos específicas masacres con las cuales pretende ejemplarizar su amplio conocimiento, quizás especializado, agreguemos algunos eventos de las subsiguientes matanzas de civiles desarmados: [vimeo http://vimeo.com/2061314]

Hugo Rafael Chávez Frías no podrá jamás alegar ignorancia de muy precisos detalles:

Los dos procedimientos militaro–policiales de Cantaura y de Yumare, necesariamente fueron en su momento aprobados por Miraflores y luego, cuando emergieron a la luz las realidades de las ejecutorias propias a criminales, comenzaron las mismas angustias y carreras que hoy se repiten en el caso de los dos citados e inexplicables asesinatos en la narcoavioneta YV–2531 y que agobian al Palacio de Gobierno en Venezuela.

La movilización de las unidades militares y civiles comisionadas para la ejecución de los crímenes en Cantaura y en Yumare, fueron, igualmente seleccionadas y autorizadas por Miraflores, tal y como dejaría sustentado en su testimonio por ante tribunales de la República, el general Alexis Ramón Sánchez Paz.

Recordemos que en la operación de Yumare, en el momento en que Henry López Sisco, terminada la balacera, comienza a revisar y rematar heridos, a su escolta y acompañante se le escapa un tiro y lo hiere de atrás hacia delante, de arriba abajo y de seguida hace acto de presencia Ramón Emilio Rodríguez Chacín –quien como siempre se mantiene a buena distancia de las balaceras y sólo se hace presente para el remate de heridos o “descabello” en términos taurinos–; ordena levantar y cargar a López Sisco, montarlo en el Jeep de “Ramirito” estacionado en la carretera y de allí a una clínica privada y así quedará, el uno como salvador de la vida del otro y éste, con la deuda.

Después de Cantaura y Yumare, esos dos principales criminales –Ramón Emilio Rodríguez Chacín de la Marina y Henry López Sisco de la Disip– regresan a las andadas y sería en aquel momento que a instancia de sus gestiones interesadas, se produce una expresa y legítima decisión político–administrativa, cuando Miraflores por decreto ordena la creación del Comando Específico José Antonio Páez (CEJAP) y su adscripción al Comandante de la Segunda División de Infantería del Ejército, General Humberto Antonio Camejo Arias y como Jefe de Operaciones del CEJAP designa al Coronel del Ejército Enrique Vivas Quintero.

La derivada ejecución material de los subsiguientes operaciones contra seleccionados civiles desarmados, conocidas e identificadas en su momento por los medios de comunicación como La Masacre de El Amparo y las seis anteriores a ésta como Los Amparitos (siete masacres que suman no menos de sesenta víctimas desarmadas), fueron operaciones que necesariamente, una tras otra, contaron con la aprobación de Miraflores.

Recordemos que un día antes de La Masacre de El Amparo (28/10/88), los panificadores Ramón Emilio Rodríguez Chacín y Henry López Sisco en momento en que sobrevolando en un UH del Ejército realizaban la inspección final del área seleccionada y pautada y donde ya su especializado agent provocateur había logrado fijar fecha y hora a las víctimas para la reunión; en ese momento, la aeronave sufre un desperfecto en vuelo y cae a tierra; resultan heridos ambos y es esto lo que les impide asistir personalmente a la matanza del día siguiente; el mando de la ejecución quedó en sus segundo en línea de mando; contingente de las fuerzas militares Alí Coromoto González, Capitán de Corbeta de la Armada y de las fuerza civiles, Andrés Alberto Román Moreno (a) Mario Perolito, Comisario General de la DISIP. Es por eso que Humberto Camejo Arias en su desesperada defensa afirma: “… Ni López Sisco ni Rodríguez Chacín estuvieron en El Amparo…”

En ese –a nuestros efectos de hoy– ejemplarizante caso de la Masacre de El Amparo, resistiendo a las sostenidas presiones del General Humberto Camejo Árias quien argumentaba la necesidad de “defender a los muchachos”, el 30/12/88 en auto motivado el Consejo de Guerra Permanente de San Cristóbal integrado por el Coronel (EJ) Ángel Edesio Zambrano Chaparro, Jesús Alberto Southerland y el Teniente Coronel Jorge Luis Salcedo, por unanimidad sentenciaron y ordenando la detención de todos los autores materiales de la masacre.

Sin embargo, por órdenes de Miraflores tal decisión fue revocada y el expediente del caso radicado y es así que el 29/04/92 el Consejo Permanente de Guerra de San Cristóbal dicta sentencia declarando que los 14 pescadores muertos eran integrantes de un grupo subversivo colombiano; que se produjo un enfrentamiento y que los militares y policías actuaron defendiendo la soberanía del país; sentencia luego confirmada el 12/06/94 por una Corte Marcial integrada por el coronel Marcos Porras Andrade, el Coronel Ramón Francisco Guzmán Díaz y el abogado Servio Tulio Bastidas Balza.

Ya hemos referido el notas anteriores que bajo la cobertura de lucha contra la guerrilla, Ramón Emilio Rodríguez Chacín y su brazo ejecutor, Henry López Sisco, bajo el amparo de Miraflores, dieron comienzo a las tareas para la construcción de lo que hemos llamado “El Corredor Seguro para las Drogas”. No es posible olvidar que en la fiesta para la inauguración de su Centro de Operaciones, en su nueva hacienda en Barinas, entre los selectos y encopetados invitados para comerse un maute, estuvo el propio Jaime Lusinchi y su secretaria privada. Si para ese momento el inquilino de Miraflores estaba o no enterado de las vinculaciones del anfitrión con los grupos armados del vecino país y su más importante y rentable negocio, la cocaína, no ha sido posible establecerlo puesto que ninguna investigación criminal fue adelantada ni aún ha sido ejecutada por quien tiene el monopolio de la acción penal en Venezuela, la FGR.

Recordemos a tenor de las expuestas sensibilidades políticas que además de Ramón Emilio Rodríguez Chacín, muchos de los criminales que ejecutaron los civiles desarmados en esas masacres y a pesar de esos crímenes, se han desempeñado como funcionarios en este período: Omar Antonio Pérez Hudson director nacional de investigaciones de la Disip en el 2002; Celso Antonio Rincón Fuentes, subdirector y jefe de seguridad de la Cárcel de Yare 2002; Henry López Sisco, citado, asesor de seguridad del gobernador Manuel Rosales; general (r) Roger Cordero Lara, diputado por el PSUV en la AN.

Enterado o no de estos escabroso detalles, una realidad se impuso desde las primeras operaciones de Hugo Rafael Chávez Frías en función de la toma del poder político en Venezuela: Su vinculación y la cada vez más estrecha relación política, militar, económica y financiera con Ramón Emilio Rodríguez Chacín, el mismo que hemos referido como autor de no menos de diez masacres con un centenar de víctimas civiles desarmadas.

Ramón Emilio Rodríguez Chacín, según sus propias afirmaciones, participó activamente en el Golpe de Estado frustrado de 1992

Al tomar posesión como presidente electo Hugo Rafael Chávez Frías, Ramón Emilio Rodríguez fue citado públicamente como “El Rambo Venezolano” y designado inicialmente como enlace en las negociaciones con los secuestradores en los casos Mely Carrero y Richard Boulton; en esos casos éste designó como su representante y asesor de las familias de las víctimas, a su socio en las andadas Henry López Sisco a quien luego recomendaría a Manuel Rosales, gobernador del Zulia, contratarlo como Asesor de Seguridad, de hecho ejerció por un tiempo esa posición con cargo al presupuesto de esa gobernación.

Posteriormente Ramón Emilio Rodríguez Chacín es designado como representante personal de Hugo Rafael Chávez Frías, en las negociaciones políticas, militares, económicas y financiera con las FARC y las ELN colombianas.

Ramón Emilio Rodríguez Chacín fue designado en dos oportunidades Ministro del Interior; la primera vez en pleno ejercicio del cargo, dirigió desde su despacho y a la voz de “… bájame otra mano de cambur…”, las actividades de los francotiradores el 11A; sale del despacho y regresa en la segunda oportunidad hasta que en el 2008, públicamente incluido en la Lista Clinton de USA, alega haber sufrido un “espasmo cerebral”, designa a su segundo en el ministerio, Tarek El Aissami y renuncia.

Ramón Emilio Rodríguez Chacín, por expresa disposición de Hugo Rafael Chávez Frías, ejerce hoy el cargo de Presidente del Tribunal Disciplinario del partido de gobierno PSUV y desde allí mantiene sus capacidades de operación, selecciona o crea las oportunidades e impone a voluntad los motivos para el ejercicio de su empresa criminal.

De acuerdo a informaciones no confirmadas, desde el momento en que por razones políticas internas del partido PSUV, algunos de sus militantes insistieron en reabrir las causas penales por las masacres de Cantaura y Yumare; de inmediato Ramón Emilio Rodríguez Chacín tomó decisiones y sacó del país a Henry López Sisco; lo mantiene económicamente en Costa Rica donde éste logró el estatus de asilado. Esas sus declaraciones ante cualquiera sea el tribunal o juez, significarían en la práctica, la condena de ambos por las diez masacres y la centena de víctimas civiles desarmadas de aquella época. Se entiende entonces el especial tratamiento que brinda al asunto la FGR.

Como queda suficientemente argumentado, la especialidad de los profesionales de la policía, con o sin rango de comisarios de la antigua PTJ y de la Disip, es precisamente conocer a los criminales y sus crímenes, ubicarlos físicamente en espacio y tiempo y dejar sentado y sustentado aquellos elementos de convicción que la actividad profesional de tres décadas le haya permitido recopilar.

No ha correspondido jamás al policía juzgar, ni otra tarea distinta a informar los pormenores de los hechos criminales, sus autores inmediatos, mediatos, sus modus operandi y los mecanismos que les han permitido y permiten seguir disfrutando –a pesar de sus crímenes– de libertad plena para la continuidad en el ejercicio de sus actividades criminales.

Capacidades, oportunidades y motivos para el crimen, sustentados casi en exclusiva en la impunidad que le garantiza esa libertad para la acción y en beneficio de la Industria de la Ilegalidad –que algunos denominan Crimen Organizado–, todo ello indiscutiblemente, soportado en la ausencia de voluntad política de quienes desde el poder, en gobierno y oposición, fuere por cobardía, por conveniencia, por complicidad o por simple asociación criminosa, también sacan un enorme provecho político y crematístico con su dejar pasar y su dejar hacer.

Asunto que ya hemos ampliamente tratado en múltiples notas anteriores:
http://rriverom.wordpress.com/2011/05/23/walid-makled-garcia-confinado-y-silenciado%E2%80%A6/
http://rriverom.wordpress.com/2011/06/27/destacan-un-afiebrado-%E2%80%9Calzheimer-historico%E2%80%9D/
http://rriverom.wordpress.com/2011/06/16/tarek-el-aissami-sus-carceles-en-venezuela/
http://rriverom.wordpress.com/2011/07/15/operan-a-sus-anchas-el-crimen-y-los-criminales/
http://rriverom.wordpress.com/2011/08/28/ayer-se-confeso-narcotransitante-hoy-el-narcotrafico/
http://rriverom.wordpress.com/2011/08/19/%C2%BFlaberinto-de-%E2%80%9Cdroga-controlada%E2%80%9D-o-mas-bien%E2%80%A6/
http://rriverom.wordpress.com/2011/09/08/512/

La política del terror

Es una decisión política, la mantenida impunidad en las masacres de Cantaura, de Yumare y las otras siete masacres más de aquella época, a las cuales han de agregarse otras masacres ya citada en notas anteriores y el acumulado de los 180.000 asesinatos en los casi trece años de ejercicio de gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías.

Antes de este período, ese supuesto “entrenamiento psicológico para matar” –a lo Ian Fleming del 007– no ha existido jamás en Venezuela desde la creación de la Escuela de Formación de Agentes de Seguridad Pública con el Decreto del 17/09/1936.

Si alguna vez en estas más de siete décadas transcurridas, alguna información sobre ese entrenamiento para matar se ha hecho pública, se refiere precisamente a la adquisición de los 5.000 fusiles rusos Dragunov y a los anunciados entrenamientos para personal especializado que, al parecer, se contrataron con fuerzas extranjeras, Cuba y Bielorusia.

Como queda suficientemente sustentado en los hechos, esa compra de los Dragunov y entrenamiento es una decisión política hecha pública por el propio Hugo Rafael Chávez Frías http://www.youtube.com/watch?
feature=player_detailpage&v=7Ac45QHoZJI

Estatuto de Roma

Ya lo advertimos en nota anterior, sin bien con el M16, calibre 5,56, el once de abril los francotiradores ubicados alrededor de Miraflores “dieron de baja” a 19 civiles desarmados, con heridas en la bóveda craneana y cuello y a otros cien los hirieron, en ningún caso ese calibre y peso de la bala produce estallido, son tiros limpios desde el momento en que esa bala blindada y de núcleo sólido, con el impacto se desintegra y en contadas ocasiones tiene orificio de salida.

Con la decidida dotación del especializado Dragunov, calibre 7,62×54, siendo una bala de mayor velocidad y significativo mayor calibre y peso, el impacto sobre el cráneo de un ser humano inevitablemente producirá el estallido de la masa encefálica.

Y es allí donde está el secreto de la esperada eficiencia del arma cuando se usa contra civiles desarmados, sea individualmente o en una manifestación pública:

Se trataría entonces, de la manifiesta y expresa voluntad política destinada a la siembra del terror como medio de represión para las manifestaciones públicas.

Vale a tenor recordar que, si bien el once de abril del 2002 el Estatuto de la Corte Penal Internacional, o Protocolo de Roma, no estaba en vigencia y por tanto el uso de los M16 contra civiles permanece en silencio sino en el olvido; a partir del primero de julio de ese mismo año, ese instrumento internacional destinado a investigar y sancionar los crímenes contra la humanidad, entró en vigencia y no pasará jamás por debajo de la mesa y sin severas consecuencias, el eventual uso de los Dragunov contra los civiles:

“… Guerra avisada, no mata soldado y si lo mata, es por pendejo…” Decir popular

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