Thursday, March 22, 2012

Expresamente abortaron la investigación técnica del crimen




El asesinato de Karen Vanessa evidencia paso por paso, la ruta a la impunidad

Rafael Rivero Muñoz
Caracas, 230312

“… No hay hechos, solo interpretaciones… los ‘hechos’ revelan no ser otra cosa que interpretaciones, y la interpretación se presenta a sí misma como el hecho… tenemos que encontrar hilos conductores que nos permitan predecir su futuro acontecer…” Fiedrich Nietzsche (1844/1900)

En la nota anterior se desarrollaron al detalles la secuencia de una hipótesis de ocurrencia en el asesinato de Karen Vanessa Berendique Betancourt el 16/03/12 sobre las veinte horas en el sector el barrio Teotiste de Gallegos, en un atajo entre la urbanización Monte Bello y la avenida Milagro Norte en la ciudad de Maracaibo.

En lo absoluto pretende y puede ser esa nota una apreciación o examen técnico.

Imposible ello si quien la redacta no está en la escena del crimen y menos tiene a mano protocolo de autopsia, levantamiento de la escena, planimetría, inspección ocular con sus fotografías generales y de detalles sobre la escena del crimen en su estado probada y documentalmente original.

Originalidad de la escena del crimen y los derivados, garantizados por el proceso técnico documental de su ubicación, su fijación, etiquetado, el levantamiento, su transporte, el almacenamiento, la conservación y preservación técnica y documentalmente registrado y validado en actas; además de los resultados de los exámenes y peritajes técnicos sobre uno u otro elemento físico originalmente levantado en la escena del crimen y de acuerdo al estricto e insustituible patrón de preservación de originalidad pautado y normado para una Cadena de Custodia.

La última información suministrada por el principal testigo, el hermano de la víctima, no viene a otra cosa que a complicar la ya de por si evidenciada severidad en la consideración de los pormenores de este alevoso crimen.

Afirma Fernando Brendique Betancourt que Karen Vanesa, venía a su lado en el asiento delantero:

“… Ellos no me ayudaron. Yo mismo fui al otro lado y traté de sacar a mi hermana. Estaba herida. Me pesaba mucho… Los oficiales no le tomaron importancia… sacaba los documentos mientras pensaba en su hermana, mientras pedía ayuda. Los uniformados, al verlo distraído, lo empujaron y ofendieron. Ya a él no le dolía otra cosa… gritó. Pidió ayuda. Los uniformados, indolentes, la cargaron y llevaron al hospital…”

Conciente y deliberada conducta en los criminales

El testigo afirma que mientras su hermana herida se agravaba en su estado clínico, los funcionarios le exigían mostrara la documentación personal y del vehículo; que luego ni siquiera le prestan auxilio a la víctima y que es sólo a sus gritos que le ayudan a sacarla de donde estaba y trasladarla: en términos prácticos, si fuere cierto, ese tiempo de ausencia de auxilio a un herido, señala intencionalidad en la aplicación de un daño mayor.

Agravando la apreciación de los hechos por la conducta individual y colectiva de los criminales, ella jamás podrá ser considerada y aceptada como propia a una policía profesional.

El animal sólo mata por hambre y en defensa

En la nota anterior, como afirmamos, en una apreciación lógica en la secuencia de los eventos, ubicamos a la víctima sentada detrás del conductor del vehículo.

Tomando en cuenta el hecho de que si los disparos realizados debían estar destinados a detener al vehículo en su huida, el lógico blanco habría sido el conductor, pero como la víctima estaba sentada detrás de él, justo entre el tirador y el blanco y por tanto en el medio de la trayectoria de las balas, habría sido ella la que recibió los disparos.

El segundo elemento, la reacción de la víctima en el primer disparo que al levantar la mano derecha hacia el cuello, ubica el dedo meñique en la trayectoria del segundo disparo, de allí la lesión en la mano. Siendo que ahora el disparo es de izquierda a derecha, de atrás adelante y de arriba abajo, el movimiento de la mano de la víctima hacia la herida con el primer disparo y su ubicación en la trayectoria del segundo, lleva más tiempo; es decir, un argumento de más peso para la estabilidad del tirador y el tipo de arma, puesto que ese tirador tardó algo más para el segundo certero disparo.

A esas dos apreciaciones iniciales, se unía la información de que tres ocupantes viajaban en el vehículo: el conductor, Fernando Berendique Betancourt, su amiga personal que asumimos como novia pero no identificada y Karen Vanessa Berendique Betancourt.

Voluntaria ejecución criminosa


Desde el momento en que el testigo principal ubica a la víctima de los disparos a su lado en el asiento delantero, sea porque quiere sacar de escena a la amiga o porque ésta no existe, esa declaración añade al crimen un determinante factor: el dolo.
Deliberadamente se disparó hacia el sitio donde estaba el acompañante del conductor, a conciencia de que esa acción no detendría el vehículo puesto que muy bien podría seguir su ruta de huida; es decir disparos asegurados hacia un lugar donde se asume partes vitales de la víctima quedan expuestas al daño de los disparos; de hecho se detiene el vehículo, sólo porque Fernando Berendique Betancourt se percató que su hermana estaba herida, desgonzada y no respondía.

El hecho no anula la apreciación en la nota anterior, antes por el contrario, como se afirma, agrega el factor dolo a la acción del tirador, quien apoyado, desde una posición estable y segura, por sobre la cota y con uso de instrumentos para visión a distancia y con baja luminosidad, disparó dos balas seguidas hacia un blanco que no detendría la huida del vehículo y que impactaron a la víctima en cuello y cabeza, en un área de una circunferencia menor a cinco centímetros de radio:

Un francotirador o su equivalente, aseguró y disparó contra un blanco distinto al conductor del vehículo en huida; dos certeros disparos y eso, como insistimos por la modalidad y calificación del crimen, no es posible hacer con un arma corta y sobre un blanco en movimiento.

La absoluta eliminación del ámbito técnico para la investigación del crimen

Queda en los hechos confirmado, ninguno de los elementos técnicos del crimen sobrevivieron a la expresa voluntad y actividad de los criminales; por sólo mencionar los citados, esos elementos no existen ni están en la escena, ni son posibles de reconstruir con valor probatorio.

En manos de quienes hoy, con su escenografía teatral, pretenden atender técnicamente las determinantes criminalísticas en la investigación del crimen de Karen Vanessa, sólo existe una escena del crimen contaminada, alterada y modificada, un vehículo tiroteado, un protocolo de autopsia y unas conchas de proyectiles, algunas recogidas “técnicamente” en la escena 72 horas después del crimen o, recogidas por vecinos y entregadas a la FGR.

Y no tienen evidencias físicas originales porque, las que no fueron destruidas desde el mismo momento posterior al crimen, se prestarán a severas dudas en cuanto a su origen y procedencia y sus resultados “técnicos” de laboratorio, en una audiencia controvertida, son total y absolutamente dubitables y ello, como determinante del valor y de su eventual peso probatorio en el acumulado de evidencias y en la pretensión de pluralidad indiciaria de los alegatos y argumentos de una acusación, son perfectamente refutables por una mediana defensa, lo que hace nugatoria la plena prueba e impidiendo una sentencia condenatoria en primera instancia, necesariamente ratificada en la apelación, imprime al caso el valor de cosa juzgada.

Por tanto los sospechosos, investigados y juzgados, si bien en un publicitado juicio, no será más que un enorme parapeto para garantizar, no sólo la impunidad de los criminales, sino la de aquellos quienes desde los altos mandos del gobierno, si bien no matan, dejan matar y garantizando a su vez total impunidad de los operadores y ejecutores de estos órganos armados lanzados a la calle como tropas de ocupación.

Es el derivado directo de dos factores: a) la eficiente destrucción de evidencia y modificaciones en la escena del crimen por parte de los criminales y b) la ulterior y especial negligente desempeño de quien tiene bajo su absoluta responsabilidad, el monopolio de la acción penal, Luisa Ortega Díaz desde la FGR.

A lo sumo todo conduce al mismo trillado camino del silencio, a lo máximo y a los efectos públicos, a una imputación por responsabilidad correspectiva, a una pena por exceso policial, a unas precipitadas jubilaciones y a unas negociadas sentencias menores; a ser cumplidas éstas en condiciones especiales y garantizando, a cambio de silencios, sueldos, prebendas y acumulación de antigüedad en los cargo durante el cumplimiento de la sanción y con ello, a la vez que la satisfacción de los deudos e interesados, la impronta del silencio sobre la particularidades del crimen y, especialmente, la impunidad de ese francotirador o su equivalente.

Así es como se comienza y como se termina esa ardua y especializada tarea revolucionaria de Luisa Ortega Díaz, con o sin testigos estrellas, para garantizar la impunidad para las huestes del líder, Hugo Rafael Chávez Frías.

Desapareciendo lo técnico, sólo queda lo político

Indiscutible el hecho político que no técnico, desde el momento en que, como hemos visto, la escena del crimen no fue preservada en las condiciones originales puesto que estuvo bajo el total control de los criminales desde el antes, en el durante y en el después de ejecutado el asesinato de Karen Vanessa Berendique Betancourt.

Decisión política y sólo fue setenta y dos (72) horas después, que pasó la escena del crimen al relativo control de un equipo dizque técnico destacado para atender el asunto; por tanto, toda esa parafernalia de la FGR en sus anuncios de prensa y el despliegue de sus capacidades sobre una escena del crimen total y absolutamente contaminada, sirven sólo para lo que son, para cubrir las apariencias en el ámbito de lo político, jamás de lo técnico criminalístico porque eso fue destruido.

Por tanto, pretender que en el asunto del asesinato de Karen Vanessa Berendique Betancourt la FGR tenga a mano las determinantes técnicas y que sus peritos trabajen sobre una escena de crimen original, sin alteraciones, modificaciones, sembrados o destrucción de evidencias, son absolutamente falsas desde el momento mismo en que la escena y todo lo que se refiere al crimen, estuvo y sigue estando en manos de quienes ejecutaron el asesinato.

Los detalles elaborados en la nota anterior y al igual que aquellos que pudieren ser emitidos por el equipo técnico de la FGR, sobre un hecho y una escena modificada, alterada y puesta en escena por los criminales en el antes el durante y el después del asesinato, previo a la intervención técnica y, lo que se deriva de ello, no puede ser considerado técnico, ni en lo criminalístico; ni tiene peso en lo jurídico y mucho menos en lo argumental acusatorio.

Y es político, porque político es el desempeño estructural para garantizar la impunidad, para ello expresamente se abortaron las determinantes de una investigación técnica del crimen; aún así, el asesinato de Karen Vanessa ha dejado sobre el terreno un cúmulo de evidencias que paso a paso, señalan la ruta revolucionaria hacia la impunidad.

Ese es el contexto de la impunidad donde se inscribe y debe ser tratado y analizado el texto del asesinato de Karen Vanessa Berendique Betancourt y siendo ello, decisión, obra y acción política, será ese el tratamiento para una siguiente nota.
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Tuesday, March 20, 2012

Un francotirador o su equivalente, asesinó a Karen Vanessa









Ahora Tarek El Aissami, acobardado, intenta licuar el crimen como un “exceso policial”

Rafael Rivero Muñoz
Caracas, 18/03/12

“… El crimen hace iguales a todos los contaminados por él..” Marco Anneo Lucano (39-65)

Como es ya costumbre reiterada en los funcionarios del alto gobierno de estos últimos trece años, dizque revolucionarios, a la vez que van explicando uno y otro cada vez más dramático crimen, lo van complicando y a la vez, dejando en la ruta un sembradío de moléculas; como en aquel cuento infantil de los hermanos Grimm: Hansel y Gretel.

En la medida de las horas y que uno y otro trémulo funcionario del gobierno central en turno, trata de explicar el asesinato de Karen Vanessa Berendique Betancourt en Maracaibo y forzadamente imponer el oficialmente reconocido “exceso policial” o “mala praxis”, en esa medida, van dejando en el camino un plagado de rastros.

Sobre cuatro observaciones se argumenta la enorme y sustentada duda sobre la versión oficial de este alevoso crimen.
Esa versión que seguramente, para lavar la cara al gobierno, tratará de imponer Luisa Ortega Díaz a los fiscales subalterno y jueces, en su ardua tarea por garantizar a Hugo Rafael Chávez Frías la vigencia de la impunidad para sus huestes.

Observaciones:

Karen Vanessa Berendique Betancourt habría recibido tres tiros; uno en la nuca otro en el occipital y una herida de bala en el dedo meñique de la mano derecha.

La detenida observación y apreciación sobre los impactos de balas en las pocas fotos de la camioneta Trail Blazer publicada por los medios.

La versión de que tres días antes del asesinato el mismo conductor, en el mismo vehículo, en la misma zona de la ciudad, fue objeto de un primer ataque, una violenta y artera intercepción en la ruta de desplazamiento de su vehículo, de la cual logró zafarse y ponerse a salvo.

La excesiva y sostenida perorata oficial mantenida por niveles medios e insistiendo aquí y allá, unos en un supuesto “exceso policial” otros en mala “mala praxis policial”.

Observación 1:


Entre el impacto en la nuca, que no parece haber sido mortal y ya veremos por qué y el impacto en el occipital que si fue mortal, tomando la distancia vertical entre uno y otro impacto, no hay más de diez centímetros, por tanto, eso permite inferir que fueron sólo dos disparos seguidos los que recibió; el primero en la nuca lo que produjo una rápida reacción de la víctima llevándose la mano derecha a la nuca y en el momento que deslizaba de arriba hacia abajo la mano hacia la herida, recibió el segundo impacto que le atraviesa y pasa entre los dedos y le penetra en el occipital.

Ese corto lapso entre los dos disparos, permitió una instintiva reacción vital antes de recibir el segundo impacto que la mata.

¿Qué nos indicaría?

Que la víctima estaba sentada en el asiento trasero, detrás de su hermano, el conductor de la camioneta.

Que Karen Vanessa recibe uno y otro impacto de balas seguidos y en un área no mayor a una superficie ubicada dentro de una circunferencia no mayor a cinco centímetros de radio.

La trayectoria intra-corpórea de ambos disparos en el organismo de Karen Vanesa, pareciera ser, fue de atrás hacia delante, de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo

Que el primero de los impactos fue el de la nuca y ese, definitivamente, no la mató.

Que al sentir el impacto en la nuca reaccionó y se llevó la mano derecha hacia la herida y en el preciso momento en que desde la parte superior de la cabeza bajaba la mano hacia la herida, recibe el segundo impacto que le hiere la mano y entra en el occipital y es el tiro que la mató.

Observación 2:

Las fotografías publicadas nos indican los sitios de impacto de los seis (6) disparos sobre la Trail Blazer
Visibles e inconfundibles:
i. Uno en algún lugar del neumático trasero derecho, el del lado del chofer; neumático que se desinfla

ii. Uno sobre la lata de la puerta basculante trasera o llamada maleta, a la izquierda de la línea media vertical y sobre la línea media horizontal; es un impacto de grueso calibre que bien pudiera ser 9mm o más.

iii. Uno sobre el borde inferior de la misma puerta trasera, a no más de quince centímetros de la línea media vertical, es de mayor calibre que el anterior, pudiera ser .40.

Tapados con lo que parecen ser hojas de papel o precinto oficiales para limitar accesos al interior.

i. Sobre el paral derecho a la altura del asiento del acompañante del conductor.

ii. Sobre el paral izquierdo asiento del conductor.

iii. Sobre el parabrisas delantero, en el lugar del conductor, se asume tapando el tiro que ha sido referido.

iv. Sobre el parabrisas trasero, en el borde superior, a la izquierda y a no más de seis centímetros de la línea media vertical, otro papel que no pareciera ser un precinto para limitar el acceso puesto que debería estar colocado en el borde inferior del cristal; en este caso, se usó para tapar los dos impactos de balas, al igual que fuera tapado el del parabrisas delantero.

v. Los dos disparos que recibe Karen Vanesa, entraron a la Trail Blazer por el mismo lugar y sin impactar en su trayectoria superficies duras.


¿Qué nos indicaría?

Son los seis (6) disparos que han sido reconocidos oficialmente como los que recibió la Trail Blazer, de ellos, centremos la atención en los dos tapados disparos que se asumen hicieron impacto en la humanidad de Karen Vanesa:

Son dos impactos que penetran por sobre el borde superior del parabrisas trasero y que no dañan éste, por tanto, ambos tiros entran al interior de la Trail Blazer por sobre el cristal, atravesando los soportes blandos, de goma alrededor y marco de esa ventana.

El arma que mata a Karen Vanesa no fue una pistola, un revólver o un arma corta individual (≤ a 6 pulgadas o 15 cm, de cañón)
Tan juntos están los dos impactos que con apenas un pedazo de papel pueden ser cubiertos ambos.

Que los dos disparos fueron hechos en secuencia rápida, con un arma larga (≥ 6 pulgadas o 15 cmm de cañón) que denominan fusil o sub-fusil, no en secuencia automática, sólo en secuencia tiro tras tiro, uno tras el otro a voluntad del tirador.

De mayor trascendencia:

Que los dos disparos fueron hechos sobre la Trail Blazer en huída a una distancia entre 20 y 40 metros; medidos desde la boca del arma a la camioneta.

Que los dos tiros fueron disparados con una misma arma, por un mismo tirado y desde una misma posición fija y relativa con referencia al blanco.

Que el tirador estaba colocado en una cota por encima de la calzada por donde circulaba la Trail Blazer.

Que el tirador en el uso del arma y para hacer esos dos disparos, contó por lo menos con dos firmes apoyos, quizás tres.

Tomando en cuenta el tiempo de reacción: sumando que la camioneta frena, retrocede rápido, pivota sobre el eje trasero en maniobra de evasión y a velocidad trata de abandonar el área del ataque y sumando ello el lugar de entrada de los dos proyectiles a la Trail Blazer, la posición de la víctima dentro de la camioneta y la asumida trayectoria intra-corpórea de los tiros indicaría:

Que el usuario del fusil o sub-fusil tiene algún entrenamiento y alguna experiencia en su uso.

Que el arma usa una bala de bajo calibre, de tensa trayectoria, de alta velocidad, de poca caída y destinada en específico a disparos de precisión a distancias entre veinte y cien metros.

Que este tipo de proyectiles, cuando impacta sobre un blanco humano, dependiendo de la zona, tiende a fragmentarse.

Que el lugar desde donde se realizaron estos dos disparos estaba detrás, a la derecha y por sobre la cota por donde circulaba la Trail Blazer.

Que el tirador estaba en posición de alerta, con el arma lista, cargador aprovisionado; sólo faltaba accionar y colocar una bala en la recámara.

Que el arma estaba dotada de algún sistema para visión a larga distancia y quizás para lugares de poca luz.

Que el tirador disparó con precisión hacia la posición del conductor de la Trail Blazer que huía y que en los dos disparos en su trayectoria encontraron e impactaron a Karen Vanessa.

Que el tirador luego de esos dos únicos y certeros disparos, detuvo el fuego seguro del acierto y al notar que el conductor de la camioneta aplicaba los frenos (luces) y se detenía.

Observación 3:

Tres días antes de asalto y asesinato de Karen Vanesa, el mismo conductor, su hermano, en la misma camioneta Trail Blazer, desplazándose por el mismo sector de la ciudad de Maracaibo, había sido objeto de una intercepción rápida, violenta, inesperada de la que habría logrado escapar.

Este es quizás el principal elemento del cuento, de donde derivan todo el resto de los eventos:

Sea que se trate realmente de una “investigación” sobre el robo de vehículos; lo fuere de aquellas operaciones para “martillar” víctimas que circulen por el área y que según las informaciones era una actividad coordinada con funcionarios de varias dependencia de la delegación local y que estaba en pleno proceso de ejecución.

La escapada de la Trail Blazer en esa primera intercepción, tres días antes del crimen, demostró debilidades en el plan de ejecución en curso e impone a los fracasados “interceptadores”, un programa de acción que se resume en:

i. De allí la designación de un cuadro medio para la coordinación de la operación sobre el terreno.

ii. La designación de una tropa que en total sumaron doce individuos.

iii. La utilización de varios vehículos, por lo menos uno de pasajero, una doble cabina, un camión y motos.

iv. La selección y apostado de un tirador especializado a cubierto y en una posición de ventaja y de dominio táctico sobre el terreno.

v. La plataforma del camión como base de operación del tirador y como apoyo, el techo de la cabina del mismo camión.

Seleccionar tiempos y espacios que garanticen una mejor oportunidad en la ejecución de la operación.

i. Se selecciona el viernes porque es precisamente el día de la semana en que mayor número de personas se desplazan en horas nocturnas hacia lugares y actividades de diversión y con disponibilidad líquida, dinero efectivo o cuasi líquida tarjetas de telecajeros.

Y el motivo queda claro, la retaliación contra aquellos que pudieren haber escapado del cerco:

i. Vengar la afrenta con el escape de la Trail Blazer tres días antes y someter al insolente a detención y una mayor cuota de daños.

ii. Incrementar la dosis de amenaza contra la población civil desarmada.

¿Qué nos indicaría?

Resulta que a los efectos de cualquier técnica de investigación criminal, la persecución e imputación, juicio y condena de los delincuentes por ante los tribunales, se edifica sobre la argumentación e indicios que la acusación pueda llevar y soportar en la controversia sobre esos tres elementos: a) capacidad; b) oportunidad y c) motivo

Observación 4:

Cada detalle que oficialmente se deja correr a los medios, deja esa “sensación” tan cacareada por Gabriela del Mar Ramírez (Defensora del Pueblo y presidenta del llamado Poder Moral) pero quizás, algo bastante sensacional:

Los directivos del CICPC y sus superiores políticos, ministro del Interior, FGR en especial, una vez conocidos de primera mano los detalles del crimen, están perfectamente conscientes de que, esa cantidad de impactos sobre la Trail Blazer y en especial la trayectoria de los dos específicos disparos que penetraron en la camioneta por un mismo lugar y hasta la humanidad de Karen Vanesa, delatan la presencia de un arma tipo fusil y de un efectivo del tipo francotirador en la operación, no les queda otra alternativa que acortar lo más posible la distancia entre los tiradores y la víctima.

Allí nace la especie de los motorizados persiguiendo y disparando contra la Trail Blazer en fuga.

De allí nace la necesidad de desaparecer de la escena al francotirador.

De allí nace la necesidad de desaparecer de la escena el fusil, las conchas y los restos de proyectiles.

De allí nace la necesidad de poner en los medios la información sobre las Glogk y sus proyectiles.

De allí nace la especie de que fue recuperado un proyectil de Glogk, pero no ha sido en la humanidad de Karen Vanesa como puedan pretender sea inferido, ese proyectil es uno de los cuatro que impactaron y entraron a la Trail Blazer pero que no impactaron a la víctima.

De allí nace la necesidad de la intervención directa sobre la escena del crimen para desaparecer, alterar, contaminar, sembrar evidencias físicas.

De allí nace la necesidad de ejercer control directo sobre inspección, registro, levantamiento, traslado, almacenamiento y conservación de los físicos que hayan podido ser recabados tanto en la escena, como en el vehículo.

De allí la necesidad de controlar el desarrollo y los resultados en la autopsia realizada sobre la víctima y en los extremos, hasta la de sembrar como extraído de ella, un proyectil de Glogk.

De allí nace la necesidad de hacer pública la entrega de las pistolas y armas individuales de los doce funcionarios a la FGR; pero también, de la desaparición del fusil y del tirador que estaba de apoyo en la operación

Incapacidad técnica, ignorancia y complicidad en el órgano que monopoliza la acción penal, son garantías para la vigencia de la impunidad.

Conclusión

En este brutal asesinato no se trató como quieren hacer ver los segundones del gobierno de un exceso policial o mala praxis, pareciera más bien que la joven de diecinueve años Karen Vanessa Berendique Betancourt, estaba en el lugar equivocado y en el momento equivocado y fue la inocente víctima de una muy mal planificada y mucho peor ejecutada retaliación de unas revolucionarias, incompetentes e incontroladas tropas de ocupación que pretende en el gobierno seguir llamando policía.

Ante este asesinato que se arropa con todas y cada una de las agravantes que señalan los códigos y que indiscutiblemente puedan ser evidenciadas y sustentadas en la controversial dinámica de un verdadero juicio penal y como derivado de una verdaderamente técnica investigación criminal; una, donde se deje al descubierto la identidad de un francotirador o su equivalente, como el seleccionado pero desaparecido experto para asesinar, en este caso a Karen Vanessa; es por eso que, ahora el acobardado y silencioso Tarek El Aissami, intenta licuar el crimen como un “exceso policial” y para ello,
indiscutiblemente explotará la ignorancia de los subalternos y contará por seguro con el desempeño cómplice de Luisa Ortega Díaz desde la FGR.

Ya los detalles sobre la determinación de responsabilidades por el Estatuto de Roma es tema ampliamente tratado.
http://rriveromunoz.blogspot.com/2012/01/en-ruta-sin-escala-la-corte-penal.html

Friday, March 16, 2012

Histórica la patraña de la FGR Luisa Ortega Díaz



Con sus cifras, su nivel de eficiencia tiende a cero y es igual a: 0,013

Rafael Rivero Muñoz
Caracas, 160312

“… Nada hay más terrible que una ignorancia activa…” Johann Wolfgang Goethe (1749-1832)

Oronda “… La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, informó que la Unidad de Criminalística Contra la Vulneración de Derechos Fundamentales del área metropolitana de Caracas ha realizado 1.453 procesos…

… Durante el programa ‘En Sintonía con el Ministerio Público’, transmitido por Radio Nacional de Venezuela, Ortega Díaz destacó que dicha dependencia ha recibido 75 expedientes para investigación y se han elaborado 324 experticias, 494 informes periciales y 78 informes técnicos…

… dicha unidad fue inaugurada el 15 de marzo de 2010, con el fin de cumplir con el compromiso que tiene el Estado venezolano de garantizar los derechos humanos…

… explicó que dicho laboratorio es único en el mundo, pues cuenta con un equipo de 60 funcionarios especializados en diversas áreas de la criminalística que permiten profundizar en las investigaciones …”

Luisa Ortega Díaz en sus funciones de policía

De policía, puesto que es la tarea que le fue asignada y asumió una vez que el Ministerio el Interior como política de Estado, iniciara el desmantelamiento total de los cuerpos de policía para la eliminación de la idea, del concepto y de la función de la policía dentro de los parámetros clásicos conocidos y vigentes en el mundo entero, desde aquella fecha en que Eugène-François Vidocq en 1817 organizara el primer cuerpo de policía civil en París.

Ahora según afirma este brazo ejecutor de la política del gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías, Luisa Ortega Díaz, flanqueada esta vez por su asociada y principal operadoras tras bambalinas, la designada rectora de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes), Soraya El Achkar, dijo que la policía no es la policía de antes: “… El nuevo modelo policial venezolano es de carácter preventivo…”

¿Qué quiere decir con eso?

Como profesionales de policía, no somos expertos en políticas revolucionarias, si es que así pretenden y se pueden llamar, estos expresos desempeños, destinados a consolidar un objetivo: la inseguridad como política de Estado.

Medida la eficiencia:

Puesto que es un servicio de policía de investigación criminal, es y debe ser una oficial y continuada actividad, sin interrupciones, 24 horas diarias, siete días a la semana y 365 días al año.

Siendo 60 los funcionarios de la unidad sujeta al examen, para cubrir las venticuatro horas deberán estar divididos en tres turnos de ocho horas de trabajo diario cada uno; es decir: 20×8+20×8+20×8, lo que tiene como resultado 480 horas/hombre/hembra (h/h/h) diarias (h/h/h para sujetarnos estrictamente al estilo y lenguaje revolucionario de la Constitución que arduamente defiende la magistrada y presidenta del TSJ Luisa Estela Morales Lamuño de Acosta)

El lapso de observación dos años contados a partir del 15/03/2011 fecha de fundación de la unidad “técnica” hasta la fecha de hoy; es decir: 365×2 que resultan 730 días de actividad continuada.

Esas 480/h/h/h diarias debemos multiplicarlas por el número de días hasta este corte de cuenta o de cuento, 730 días, lo que arroja un total de 350.400 h/h/h.

En unidades de tareas realizadas se suman 1.453 + 324 + 494 + 78 para un gran total de tareas igual a 2.349 actividades realizadas en 730 días continuados.

Así 350.400 h/h/h/ divididas en las 2.349 tareas ejecutadas arroja un promedio de 149,17 horas por cada tarea o lo que es lo mismo, cada tarea demandó a la Unidad de Criminalística Contra la Vulneración de Derechos Fundamentales del área metropolitana de Caracas bajo el mando de Luisa Ortega Díaz, un total de 6,22 días completos de actividad técnica.

En síntesis, existiendo 180.000 asesinatos por resolver el Nivel de Eficiencia (2.349/180.000) sería N/E: 0,013 y la Velocidad de Ejecución (2.349/350.400) de la Unidad de Criminalística Contra la Vulneración de Derechos Fundamentales del área metropolitana de Caracas de la FGR, tienden por tanto a cero y sería con exactitud igual a NE/ 0,013 en un caso y VE/0,0067 en el otro.

A confesión de parte…


Con esa capacidad instalada en la FGR, en la mejor de las circunstancias y para que Luisa Ortega Díaz cumpla su revolucionaria tarea y pudiere “técnicamente” investigar los 180.000 casos de asesinatos pendientes ocurridos entre el año 2000 y el 2011 necesitará: 1.119.600 días; es decir 3.067 años; no menos de 53 generaciones y eso sin contar en este caso, los asesinatos que ocurran de esta fecha en adelante y durante esos 3.067 años.

180.000 homicidios por 6,22 igual 1.119.600 días igual 3.067 años igual a 53 sucesivas generaciones.

Y tal como alega en su perorata oficial la deficiente FGR Luisa Ortega Díaz, con ese nivel de eficiencia técnica con tendencia a cero, “… refirió que entre las investigaciones procesadas por la Unidad se encuentran los casos de los años 60, 70 y 80, en los que se han realizado 19 exhumaciones…”.

Ese es el resultado esperado de una política


No podía ser otro el de esta revolución; por una parte, para cubrir con manto de silencio las tropelías y crímenes de los afectos al régimen acabó con todo hasta anular por completo cualquier rastro del acumulado de sesenta y seis años de tradición, información y método de la policía venezolana; el Archivo Criminal ya no existe y lo que queda de ello, está en manos exclusivas de cubanos quienes son los que incorporan, agregan y borran información policial de acuerdo a las “teleinstrucciones” superiores.

Mientras paralelamente, se incita y lleva adelante la misma tarea de aquel pasado donde bajo la égida de Fidel Castro Ruz con su operación “Un día un policía” se asesinaba a los efectivos policiales en las calles; hoy, tienen y optaron por otra forma para la ejecución de la tarea: 84 policía asesinados en el 2011, uno cada 4,3 días y en lo que va del año 2012, en apenas 75 días, ya se acumulan 26 policías asesinados, lo que es lo mismo, un policía asesinado cada 2,8 días.

En otros términos, un incremento del 50% sólo en los primeros dos meses y medio del año; así en el año 2012 serán asesinados un 50% más de policías y elevarán la cifra a un estimado de 126.

Otro detalle de la cacareada eficiencia de la FGR en manos de Luisa Ortega Díaz y sus cómplices, lo encontramos en el número de causas adelantada por ante los tribunales comparado con el número de condenas: por cada cien asesinatos que ocurren en Venezuela, sólo siete de ellos llegan en algún momento ante un juez y a juicio y a sentencia, sólo 3 de cada cien asesinatos.

Política de inseguridad

Allí están las cifras de la inseguridad, jalonada por la fabricada y mantenida impunidad que la alimenta y ésta a su vez, en manos de Luisa Ortega Díaz y sus asociados: idiotez, incompetencia, complicidad, cobardía; una u otra y sus combinaciones.

Está por verse, por ahora esta histórica patraña que monta la Fiscal General de la República Luisa Ortega Díaz por la radio oficial, porque no tiene precedentes en los anales policiales venezolanos, con sus propias mediciones de los dos últimos años en su principal unidad pantalla, permiten cifrar su nivel de eficiencia y velocidad de ejecución, que como hemos visto, tiende a cero y es igual a: 0,013 y 0,0067