Monday, May 2, 2011

Walid Makled García tiene a Hugo Chávez más... turbado















Hugo Chávez Frías explicando va complicando



Rafael Rivero Muñoz
Caracas, 020511

“… Una sola cosa nos explica bien la historia y es en qué consisten los malos gobiernos…”
Thomas Jefferson (1743-1826)

Con las pretendidas y ya repetitivas justificaciones, Hugo Rafael Chávez Frías trata de zafarse ahora de los efectos directos e inevitables colaterales de una especie de dogal que, sobre las afirmaciones –mentiras y/o realidades– del “Turco con cabeza” Walid Makled García, se fabricaron con el tiempo y que los servicios de Álvaro Uribe Vélez registraran y ahora, hábilmente, le cierran alrededor del cuello la coyunda geopolítica Barak Hussein Obama/Juan Manuel Santos Calderón.

Un dogal cuya traílla corta o larga, según sean las circunstancias, manejan en su tiempo y a la entera voluntad de los intereses circunstanciados de uno y otro país o de ambos a la vez.

Incidencia

Con el asunto de la detención y de la rápida deportación del principal operador de la red internacional ANNCOL de las FARC, Joaquín Pérez Becerra, el propio Hugo Chávez ahora lo confiesa públicamente: “… una trampa para clavarme a mi una puñalada…”.

“… Qué culpa tiene la estaca si el sapo salta y se ensarta…”

La diferencia substancial está en la modalidad de expresión de la acción. Una cosa es “clavarme” y otra muy diferente es “me clavé”.

Una Secuencia de procedimientos continuados sin atención ni sujeción absoluta a los términos pautados en la Constitución, en los tratados internaciones, las leyes y los procedimientos vigentes en Venezuela.

“… A confesión de parte relevo de pruebas…”

En el discurso del primero de mayo, además de promesas y del lanzamiento de su candidatura presidencial para las elecciones de diciembre de 2012, abordó Hugo Chávez Frías un complejo y espinoso tema donde tratando de ser histórico no pasó de ser histérico en sus expresiones oficiales: "… A mi que no me piquen la lengua, yo no me quiero meter en eso…"

Como si en los asunto de seguridad del Estado en sus relaciones regulares con el resto de países en el concierto de naciones, pudiere en algún momento Hugo Chávez como presidente en funciones “no meterse” o alegar como en antaño cuando jugaba metras en la calle: “… boto tierrita y no juego más…”

A tenor de esa amenaza contra quienes dentro de sus propias huestes de la izquierda radical toman ya providencial distancia de las consecuencia y derivados de una decisión apresurada que sólo él tomó; fuere ello tanto por ignorar y no consultar los pormenores de ese delicado asunto, como por su incontrolable afán de congraciarse –adular o más bien “halarle”– a su “mejor nuevo amigo” Juan Manuel Santos Calderón.

Pública amenaza al mejor depurado y vernáculo estilo de los pandilleros o cómplices de una cofradía de delincuentes, la que hace quien pretendiendo una insostenible inocencia, alega que no se quiere meter en un pantanal en el cual, voluntariamente desde hace ya más de tres lustros por lo menos, está documentalmente hundido hasta la coronilla.

Para adornar el argumento y dejar asentada su complicidad en el asunto del cual ahora trata de desprenderse como el que se cambia un par de medida, afirmó: “… a uno de ellos lo tuvo que llamar porque ‘andaba (..) reuniéndose con la guerrilla colombiana y andaban haciendo unos planes para montar en Venezuela unas bases de la guerrilla colombiana a espaldas de todos nosotros…”.

Esta registrado

Obviando, olvidando o pretendiendo hacer olvidar las repetidas visitas y recepciones, con su anuencia y en su presencia, para los representantes del Secretariado de las FARC, entre otros Raúl Reyes, Iván Márquez, Rodrigo Granda, en el palacio de gobierno en Caracas, Miraflores. http://www.youtube.com/watch?v=E_qkFr0GqEY http://www.semana.com/nacion/farc-venezuela-ocho-anos-evidencias/141744-3.aspx

Es decir, con ese “uno de ellos” del que se distancia y que se estaba reuniendo con la guerrilla colombiana, ha confesado, que “a sus espaldas” estaban interviniendo o intervienen directamente en el ámbito de la política exterior de Venezuela, siendo que ésta es de su absoluto y excluyente dominio,

“Diplomacia” paralela ejecutada por operadores de uno u otro grupo en armas asentado y operando en Venezuela a un costado del Ejecutivo, pero sin que Hugo Chávez Frías, en ese momento que lo llamó haya asumido el riesgo y la indelegable responsabilidad de sancionar esa conducta, lo que se traduce a todos efectos en una expresa tolerancia, cuando menos.

“… Tarde piaste pajarito…”

Pregunta: “… ¿No sabía este señor que estaba en código rojo de Interpol? Y entonces, ¿Por qué se vino para acá?”…”
Rematando para abundar en más detalles: “… ¿Cómo salió de Suecia si tenía código rojo de Interpol. ¿Por qué lo dejaron salir?
“… Para mi que a él le tendieron una trampa para clavarme a mi una puñalada.”…

… ¿Por qué si él se bajó de un avión en Alemania, pasó por lo registros para abordar otro avión de Franckfurt a Maiquetía, nadie lo detuvo, ¿Por qué?” “Ahh”, se respondió, “Para ponerle a Chávez la papa caliente en la mano…”

Simplemente, Hugo Chávez no sabía o se le olvidó que Joaquín Pérez Becerra se había radicado en Suecia desde la fecha de su llegada y acogida como refugiado en ese país el 26 de mayo de 1994; que si bien ahora salió de ese país, transitó por aeropuertos, abordó naves en Alemania y viajó a Venezuela como lo había hecho en otras ocasiones, es porque Joaquín Pérez Becerra, siendo un refugiado político y no teniendo registrada para ese momento causa, juicio y sentencia penal en su contra, no tiene solicitud internacional.

No existe tal “Código Rojo”

Si bien es cierto que el cuento que relata Hugo Chávez tiene asidero y confirmación en las informaciones de los medios de prensa nacionales y extranjeros, lo que resulta absolutamente falso es que el natural colombiano y nacionalizado sueco Joaquín Pérez Becerra, estuviera registrado en Interpol a los efectos de las informaciones que son compartidas y están al servicio de los órganos de seguridad de los países afiliados.

Miente, no es cierta la aseveración pública de Hugo Rafael Chávez Frías, tal como queda y está registrado en el resultado de la expresa consulta a la página de Interpol:http://www.interpol.int/Public/Search.asp?ct=Data&q1=Joaquin+Perez+Becerra&Search=Search&cboNbHitsPerPage=20

“… Nadie puede alegar en su defensa, su propia torpeza…”

Ese es un axioma vigente que aplica a toda conducta humana sometida a consideración o frente al juicio como derivado de una determinada conducta.

"… En Colombia sabían incluso el asiento en el que él venía, el avión venia cruzando el Atlántico y llegó de Colombia la solicitud diciendo en qué asiento venía, la comida que había pedido en el avión, la forma en que estaba vestido, que cargaba un maletín de mano, no tenia equipaje grande. Todo eso lo sabían, ehh…”

A pesar de todos esos datos que le fueron suministrados directa y precisos en la voz de Juan Manuel Santos Calderón en el momento en que le hace la llamada personal para “pedirle el favor”, Hugo Chávez no entendió y no percibió de qué se trataba.
Frente a esa muy particular llamada y ese muy llamativo compendio de datos juntos, no tomó la previsión de solicitar información previa a la decisión y simple “soberanamente”, saltando por sobre y en detrimento del órgano regular, cursó personalmente y en directo la llamada telefónica a las autoridades en el Aeropuerto de Maiquetía.

Es decir, en la viva voz de Hugo Rafael Chávez Frías, fue emitida y registrada una orden directa de inapelable cumplimiento, para la detención y la ulterior deportación de Joaquín Pérez Becerra.

Las responsabilidades y los derivados de la emisión de la orden directa y la satisfacción de sus pormenores, técnicamente, son intransferibles y así, las valoraciones jurídicas en cuanto a la ausencia de sujeción a la norma vigente, ilícitos; las equivalente en el terreno político nacional e internacional, exhabruptos y sus potenciales derivados en el terreno militar, la traición, tienen plenamente identificado al responsable directo.

No existe apelación posible frente a la confesión de parte, lo que releva de la búsqueda y de la sustentación pruebas, menos aún, cuando se está frente a una inválida e inaceptable alegación pública de su propia torpeza.

Queda en sus propias palabras

Hugo Chávez Frías como siempre cargando sobre otros sus propias debilidades y en su atropellada explicación afirmó “…Para mi que a él le tendieron una trampa para clavarme a mi una puñalada …”

Si como afirma le tendieron una trampa a Joaquín Pérez Becerra resulta indiscutible que esa trampa no se cerró por inercia, fue necesario que su material intervención completara la tarea y emitiera la orden directa para cerrarla:

¿Quién entonces diseñó y montó la trampa?

Posiblemente, a lo mejor, será su “mejor nuevo amigo”: Juan Manuel Santos Calderón

¿Quién entonces resultó ser el gatillo que se disparó y cerró la trampa puesto que sin esa directa y expresa intervención la trampa no hubiese funcionado?

Posiblemente –en sus propias palabras– no le clavaron, se clavó él mismo la puñalada en una versión libre y endógena del conocido harakiri, haraquiri, o hara-kiri, que en lenguaje llano se denominaría, eventración.

Para el turbado, algo más

Y falta aún la otra perla que le tienen guardada al “Héroe del Museo Militar”, la publicación anunciada para el próximo diez de mayo de 2011.

El informe del IISS de Londres sobre el detallado análisis de los miles de documentos de los computadores y memorias externas de Raúl Reyes, capturadas el 01/03/08 en el campamento en Ecuador (0°22′37″N 77°7′48″O) y que fuera bombardeado y destruido bajo las órdenes del Ministro de la Defensa del momento, Juan Manuel Santos Calderón.

Juan Manuel Santos Calderón, “el mejor nuevo amigo” de Hugo Chávez Frías y a sazón, es la misma persona quien, luego del bombardeo al campamento, hizo recopilar y entregó el total de los contenidos de esos computadores y memorias a la empresa que contrató en expreso y en su momento, a los efectos de esa, su publicación, anunciada para las próximas 200 horas: El International Institute for Strategic Studies.

Definitivamente sin temor a errar, afirmamos, por años observando evento tras evento y que cada vez que Hugo Chávez trata de explica algo. lejos de ello lo complica y en esta ocasión, pareciera que el acumulado de los efectos vinculados a Walid Makled García, el “Turco con cabeza” y sus secuelas, lo traen trastornado o más bien quizás, más… turbado.

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