Maduro investigará la investigación investigada
Rafael Rivero Muñoz
Caracas 061010
“… No olvidemos nunca que el terrorismo es, en el fondo, en su naturaleza maligna, una guerra psicológica…”
Norman Bertram "Norm" Coleman (1949-?)
Nada sencillo resulta el tratamiento y la actividad regular para cualquier organización profesional de seguridad pública, cuando lo que tiene frente a sí como tarea, es todo el especializado y largo trabajo destinado a conocer, neutralizar, controlar y despojar o destruir definitivamente las capacidades bélicas de una decidida, experimentada, profesionalizada e internacionalizada organización terrorista.
Precisamente, cuando se trata en este caso, de una organizada y disciplinada estructura política y militar que en sus 52 años de dinámica existencia, ha logrando definir, mantener y consolidar sus objetivos políticos y militares en el corto, mediano y largo plazo.
Una organización que sobre esos invariados objetivos, ha edificado y apuntalado sus múltiples capacidades y habilidades, decidiendo, construyendo y cimentado las necesarias políticas para imponer su drástica y excluyente vía letal de acción.
Que como derivado de esas iniciales y sustentadas definiciones y experiencias en juego, esa organización ha acumulado paso por paso, otras reconocidas capacidades en el terreno político y militar; una organización que aún sujeta al hostigamiento y la persecución, ha logra hábilmente articular las múltiples coyunturas políticas y militares con los criminales desempeños de sus operadores dentro y fuera de su país de origen.
Con especializados métodos y operadores ha cooptados voluntades entre los más decididos de su comunidad social y política, tanto para la utilización eficiente de las habilidades de un seleccionado sector de sus afectos como para limitar, neutralizar y eliminar físicamente, si fuere el caso, a los potencialmente más definidos desafectos y a la vez, lograr aterrorizar hasta perturbar y sacar del juego político y militar a los neutrales y a los indiferentes dentro de su propia sociedad y a la que adversa.
En ese contexto
Esto de las vinculaciones de la izquierda venezolana con uno u otro miembro individualizado y con los colectivos, activos o durmientes, destacados en Venezuela por la organización terrorista ETA, es de muy vieja data.
Sólo que hoy en estos últimos once años y a partir de la llegada de Hugo Chávez Frías a la presidencia de la República y mediando un paciente y elaborado proceso de adaptación al medio social venezolano, ha revitalizado, incrementado y especialmente asegurado mediante los acuerdos político-militares, las propiciadas y derivadas complicidades y las bien administradas, cuidadas y veladas amenazas, ha impuesto su presencia, su actividad y su vigencia política; y como organización terrorista, su presencia y la de sus actividades militares con base en Venezuela.
Tanto es así, que, frente al hostigamiento, persecución y el incremento sustancial de las operaciones y capacidades técnicas de los servicios de seguridad en su territorio de origen y en ambos lados de la frontera entre España y Francia, nada de particular tiene que exista ya un desplazamiento físico de los más importantes operadores, de los medios y mecanismos financieros y de logística y de algunas capacidades bélicas de reserva, hacia otros territorios que brinden más aseguradas condiciones tanto para la captación y acumulación de recursos, como para la organización, la planificación y soporte logístico de capacidades para las acciones terroristas en la península.
El territorio de Venezuela desde esa perspectiva, ha sido y no es más hoy que un espacio físico y político coyunturalmente pertinente y necesario a tales fines.
Territorio que si bien en principio, una docena de años atrás, pudieren algunos expertos haberlo clasificado como zona de alivio, hoy, luego de la consolidación de las alianzas y los efectos de todo ese largo trabajo político desarrollado especialmente en la última década; tanto hasta engranar como parte importante, integrante y determinante en el curso de acción de esta supuesta Revolución Bolivariana, como para edificar y sustentar su autonomía de acción.
Por esa sostenida operación, Venezuela se transformó y tiene entonces ese extenso territorio, otro definitivo estatus político, estratégico y táctico para la ETA y sus operaciones; ello, dentro de esa conocida y clásica expresión de la guerra dictada por el autor von Klausevich.
“La política por otros medios”.
Frente a esta dinámica: El antes el durante y el después de más de una década:
1) Hugo Chávez Frías desde su llegada a la presidencia de la Republica, en función de las determinantes del programa de control absoluto del poder, dispuso en su momento y articuló con todos los responsables sectoriales de la estructura de seguridad venezolana, todo lo necesario para poner en marcha los acuerdos con los grupos extranjeros alzados en armas en distintos países y, en el caso específico de las FARC y de la ETA, puso bajo su protección, tutela, atención y cuidado, las ofertadas potencialidades, las capacidades, experiencias técnicas y capacidades bélicas de éstos; especialmente en el caso de los miembros de la organización terrorista ETA, por órgano de sus destacados personeros y representantes en Venezuela.
2) La jefatura de la ETA, dentro y fuera de fronteras, instalado ya Hugo Chávez en el poder y una vez en marcha los acuerdos preliminares y subsiguientes en cuanto a los ofertados y negociados apoyos a la Revolución Bolivariana; estructurados y en funcionamiento así mismo los mecanismos para la captación, recepción y manejo de los fondos financieros necesarios, procedieron de acuerdo a su estructurado plan de instalación y habilitación de capacidades para la actividad de sus importantes operadores, a ubicar sus piezas tanto en varias posiciones claves de la Administración, como en las ciudades y en los seleccionados espacios físicos de la geografía del país,.
De allí quizás lo que sorprende a algunos, el nombramiento y el género de actividades oficiales evidenciadas en el más conspicuo y publicitado operador de la ETA en Venezuela: Arturo Cubillas Fontán.
3) Vencidos los primeros escollos y adaptaciones y en función de sus propios intereses políticos, estratégicos, tácticos y bélicos, los delegados de la ETA iniciaron, acentuaron y consolidaron capacidades en un proceso que, con el tiempo, hoy les permite en toda Venezuela, la libre actuación en sus propios tiempos, a su propio libre albedrío, a voluntad de sus jefes y comandos dentro y fuera de Venezuela y en función de los bien definidos, propios y excluyentes intereses políticos y militares, internos y externos de la ETA.
De las actividades
Desempeños políticos, económicos y militares, que se desarrollan en Venezuela sin mayores inconvenientes y menos aún de la presencia de riesgos de ser perturbados o interrumpidos, menos aún reprimidos por el gobierno revolucionario de Hugo Chávez Frías.
Esa libertad de acción para los operadores de la ETA, se ejecuta sobre el terreno con o sin la anuencia tutelar de Hugo Chávez Frías, menos aún, de cualesquiera sean unos u otros los responsables de la seguridad pública.
En ese sentido, los responsables y delegados de la ETA, disfrutan de una cuidadosamente edificada autonomía funcional sustentada en sus tres edificados y solidificados elementos de disuasión y de control del medio o ambiente político y militar venezolano:
a) Los dinamizados acuerdos políticos y militares de alto nivel.
b) El articulado e instalado potencial soporte armado en caso de una situación que atente contra la salud política y física de Hugo Chávez y su permanencia en el poder.
c) La latente y potencial amenaza y el directo chantaje sobre varios encumbrados personajes de la izquierda dentro y fuera del gobierno; fuere ello mediando el pago de favores o las documentadas revelaciones comprometedoras; fuere en sus extremos, con acciones militares dentro del territorio de Venezuela, en caso de ser violados o ser traicionados de alguna forma.
Consecuencialmente
Si como ha quedado suficientemente evidenciado, los funcionarios de Estado venezolano frente a los recién emergidos e indisciplinados distintos grupos de civiles, naturales e importados, a los cuales dotó y/o ha permitido por años que se doten de armas, municiones y explosivos y de otros equipos militares; si esos funcionarios están técnicamente incapacitados para ejercer control alguno sobre esos grupos, esas actividades, asentamientos territoriales y sus capacidades bélicas, en términos prácticos, tampoco están por tanto en lo absoluto en capacidad para controlar, limitar, evitar, frenar o impedir las actividades políticas y militares de los –conocidos o no– disciplinados y experimentados –52 años– operadores de la ETA residentes, legales o no, en Venezuela.
Menos aún cuentan los responsables de la seguridad del gobierno venezolano, con la infraestructura y las capacidades técnicas para identificar, ubicar, controlar y neutralizar capacidades tanto de aquellos operadores quienes desplazándose de otros países y en forma clandestina, han ingresado y tiene residencia fija o itinerante en el país, como para despojarlos de la logística y de las capacidades bélicas que han acumulado y controlan a su propia voluntad e intereses –políticos y militares– la jefatura de la ETA, dentro y fuera de Venezuela.
Agréguese a esta circunstancia, el hecho no investigado –muy citado en los medios de comunicación–, menos aún sujeto a algún tipo de control por parte del gobierno, de las actividades “comerciales” clandestinas para mantenimiento y financiamiento a las cuales se han incorporado con sus asociados de las FARC algunos activos miembros –en cubierta o no– de la ETA: a) tráfico de drogas; b) tráfico de armas; c) tráfico clandestino de minerales estratégicos; d) el “cobro de la vacuna revolucionaria”.
Aparte claro está, de los derivados y necesarios desempeños para el tránsito y distribución clandestina de los fondos financieros derivados de esas actividades “comerciales”.
Antecedentes
Ya desde el año 1959 algunas individualidades de la ETA estaban radicadas en Venezuela.
Desde los primeros años de la década de los sesenta se registran operaciones terroristas asesoradas, planificadas, asistidas y/o ejecutadas personalmente por miembros activos de la organización terrorista ETA, residentes o transeúntes legales o clandestinos en territorio venezolano.
En pleno desarrollo de la operación terrorista de la subversión venezolana, “Un día un policía”, destinada ésta a la ubicación, emboscada y asesinatos de policías uniformados que circularan en solitario por las calles; en aquellas fechas y en paralelo, esa misma izquierda había organizado con miembros activos de la ETA y ejecutaba otras modalidades de operación terrorista: La fabricación y reparación de armas y municiones; la fabricación, colocación y detonación de artefactos explosivos en varias partes de la ciudad.
Fue en una de esas primeras operaciones terroristas del año 1961, cuando el experto en explosivos, el vasco Felipe Fermoso Linares (FFL), tripulando una camioneta cava robada y acompañado por su subalterno y alumno, un venezolano en proceso de entrenamiento para la fabricación, colocación y detonación de explosivos, se dispuso a ejecutar una operación terrorista.
Así, mientras el citado alumno a cubierto en el costado contrario al sitio donde se colocaría el explosivo, vam de por medio, “cuidaba el área y cantaba la zona”, FFL agachado en un desnivel de terreno y frente al ángulo derecho de la santamaría de un local comercial en San Bernardino, preparaba una carga de seis tacos de dinamita y comenzaba ya a habilitar el sistema de tiempo para la activación.
Al parecer, por precipitación, falta de iluminación o por descuido, cuando FFL conecta el dispositivo de tiempo a la batería, el sistema no estaba aislado y directamente activó el detonador.
La carga le estalló entre sus piernas lanzando su desmembrado cuerpo de noventa y tantos kilos a varios metros de distancia.
Semanas estuvieron las autoridades recogiendo en techos, balcones, ventanas y árboles, los colgajos o pedazos de FFL regados en un área no menor a cien metros a la redonda.
En la ejecución de la autopsia del cadáver de FFL, la esfera del reloj pulsera que utilizó para controlar el mecanismo de tiempo, apareció incrustada en el corazón de FFL; en la cara anterior y media del ventrículo izquierdo para ser precisos.
La camioneta, puertas desgonzadas y bien dañadas y el alumno “cantador de zona”, quedaría seriamente lesionado en la cabeza y sólo se enteró de lo que pasó, cuando luego de horas recobró la conciencia en el hospital.
Evidenciado ese vínculo
Quedaría luego confirmado y reafirmado el nexo directo entre la izquierda y la subversión venezolana con los operadores de la ETA.
Quien meses después en el mismo 1961 fundara el Frente Guerrillero José Antonio Páez en Cerro Negro Portuguesa y fuera luego uno de los fundadores de las FALN, sería con el seudónimo de “Alí Rojas”, el reconocido jefe de esas fuerzas guerrilleras e identificado como el Comandante del denominado en honor al ETA fallecido: Destacamento Felipe Fermoso Linares.
Por cierto, las investigaciones subsiguientes determinaron que el vasco Felipe Fermoso Linares, tenía desde mucho tiempo antes de su muerte, arrendada y pernoctaba a diario en la habitación de un apartamento en el tercer piso del edificio vecino, pared con pared, con el ala sur de la sede central de la PTJ en Parque Carabobo; lugar donde se ubicó dentro de sus propiedades, una pistola Mauser Oberndoff calibre 7,63 (.30) fabricada en 1911 en perfecto estado de funcionamiento; un arma que no se fabrica ni se comercializa en Venezuela.
Oficializada la presencia de la ETA en Venezuela
Ya desde el año 1986 el gobierno español había hecho varias solicitudes oficiales al gobierno venezolano para que acogiera en su territorio a individualidades y grupos de miembros de la ETA; en 1989, se firma un acuerdo entre Carlos Andrés Pérez y Felipe González y llega a Venezuela un primer lote de deportados procedentes de Argelia.
De esas negociaciones y acuerdos extendidos al gobierno de Jaime Lusinchi, llegaron en total, se instalaron y fijaron su residencia en Venezuela, unos 33 vascos, entre ellos, el más sobresaliente y constantemente citado por todos los medios españoles y venezolanos
Arturo Cubillas Fontán, quien de acuerdo a las informaciones conocidas, formó parte del “Comando Oker” y en su momento fue directamente señalado y acusado por la policía española por ante la jurisdicción, de los asesinatos del francés Joseph Couchot el 16/11/1984 en Irún; del crimen de Angel Facal Soto el 26/02/1985 en Pasajes y el del Policía Nacional Máximo García Kleinte en San Sebastián el 15/05/1985.
Y precisamente, el citado Arturo Cubillas Fontán, años después de su llegada e instalación en Venezuela, fundó y administró un restauran en la población de El Hatillo en Caracas, al cual puso como nombre Oker, a título de recuerdo y homenaje a su comando terrorista.
Precisiones en medios venezolanos
En una detallada y extensa nota publicada en cuatro partes, la primera de ellas en abril de este año y bajo el título “Terrorismo:ETA/FARC/Venezuela…Un barajo por Barajas” (http://bit.ly/d2cpBa), analizamos los detalles sobre los extraños robos, extravíos, distracciones y supuestas recuperaciones de componentes para la fabricación y de explosivos industriales y militares, de varios almacenes militares, entre ellos el de Cedeimague en Puerto Cabello estado Carabobo.
Cantidades significativas de explosivos y componentes para la fabricación de bombas y para lo cual los ejecutores del robo –extravío o distracción–, indiscutiblemente contaron con los apoyos necesarios y evidentemente, fueron asistidos y auxiliados por algunos funcionarios de gobierno.
Fue un total aproximado de cien toneladas entre varios tipos de explosivos y modalidades de presentación. Uno de ellos, muy particular por sus prestaciones técnicas, un componente identificado como ciclotrimetilentrinitramina, RDX, ciclonita, hexógeno y que es mejor conocido como el explosivo militar o explosivo plástico C4; además de granadas fragmentarias, detonadores eléctricos y no eléctricos, permanganato de potasio y cordón detonante.
Oficialmente confirmado, más no investigado, menos aún juzgado
Quedaría ello confirmado y ratificado oficialmente en las declaraciones públicas frente a los medios de comunicación en julio de 2004 y expuestas por los titulares del Ministerio del Interior, general Lucas Rincón Romero y del Ministerio de la Defensa, general Jorge García Carneiro.
Lo particular de ese nunca investigado robo –extravío o distracción– de explosivos y componentes para su fabricación en Venezuela –han transcurrido ya 77 meses, más de 2.300 días de un expresamente voluntario silencio oficial– y que es el tema de la nota referida en el párrafo anterior y en su potencial relación con el atentado del Aeropuerto de Barajas, es que los robos coincidían en tiempo, en espacio geográfico, en necesidades logísticas, en potenciales autores y en las precisas actividades para las cuales podrían haber estado destinados esos insumos.
Precisas particularidades que se concatenan sin lugar a dudas, con las informaciones que serían evidenciadas y conocidas luego por los medios de comunicación, como detalles y datos contenidos de y en varios computadores y bases de datos capturados por el gobierno colombiano, luego del ataque al campamento de las FARC en Ecuador donde muere el comandante Raúl Reyes.
Y detallando
Afirmó la columnista Marianela Salazar el 25 de junio de 2008 y sin que autoridad alguna la haya refutado: “… el etarra Arturo Cubillas dictaba ideología militar en la Escuela de Operaciones Especiales del Ejército, en Fuerte Cocollar, estado Sucre, a funcionarios civiles que fueron insertados como oficiales activos en la Fuerza Armada…”
Agregaría luego en otras notas: “… Posteriormente se descubrió que ‘el profesor’ Cubillas no sólo daba clase de ideología a capitanes y mayores venezolanos en Cocollar, sino que también dictaba cursos más avanzados de armas y explosivos nada más y nada menos que a los guerrilleros del bloque Caribe de las FARC…”.
Digno de atención
De todo ese enorme volumen de información que los distintos medios y soportes nacionales e internacionales han hecho público, tomemos precisos extractos para precisas consideraciones:
“… Durante los diferentes desplazamientos que realizaron por carretera, el convoy de etarras fue interceptado hasta en dos ocasiones por la Policía venezolana, pero en ambas ocasiones un documento exhibido por el funcionario Cubillas solventó el problema…” (http://bit.ly/CbiIs)
“… durante el viaje hicieron llamadas desde varios móviles; hablaban en español, francés y una lengua desconocida; paramos para comprar agua, tabaco y repelente para insectos. Tras varias horas de viaje llegamos a la finca donde les esperaban un grupo de guerrilleros de las FARC, Nicolás Pizarro …”
“… Camilo, nombre en clave de un ex terrorista de las FARC, presenció la llegada a la finca La Veremos de los dos miembros de ETA. ‘Los alumnos éramos 13 milicianos de las FARC y 7 del FBL. El curso duró 20 días y estuvieron presentes cuatro comandantes de mayor formación que el resto. Pizarro nos reunió y presentó a los instructores como miembros de ETA…”
Se concatena con otro detalle mencionado en el viaje de regreso en esa oportunidad, cuando al grupo en su desplazamiento de regreso, se le provee con una escolta oficial:
Declara uno de los arrepentidos de las FARC: “… y llegaron a Coro sobre las cinco y media de la tarde. Poco antes uno de los etarras recibió una llamada de un tal Fontán que le indicó que deberían dirigirse a una gasolinera donde les estarían esperando…
… Allí había un grupo de personas con dos coches... Los dos visitantes se bajaron del vehículo y saludaron efusivamente a Arturo Cubillas Fontán… a La Negra y a un hombre que respondía al nombre de Gualdrón…
… También aguardaba ‘un varón con vestimenta civil, pero que llevaba un chaleco con el escudo de la DIM (Dirección de Inteligencia Militar) y un grupo de personas armadas que a juzgar por sus conversaciones parecían militares venezolanos, que prestaban escolta y seguridad al resto del grupo…".
Evidenciada propiedad
Para quien por experiencia propia y para quienes se han topado en sus viajes con una alcabala de la Guardia Nacional o de la policía en una cualquiera carretera entre las ciudades de la provincia venezolana, conocen a cabalidad que una vez que un vehículo es detenido por cualquier circunstancia, mas si son varios los tripulantes y visible parte de una carga de cierto volumen, ese vehículo y sus tripulantes a partir de ese momento, quedan confinados en el lugar y no pueden seguir el viaje.
Dos “estatutarias” formas para continuar en ruta; un significativo y sustancioso pago en efectivo o una orden superior y expresa del comando y comandante del órgano de adscripción de los efectivos en la alcabala.
No existe posibilidad alguna de que un simple documento o una credencial oficial pueda liberar al vehículo, carga y los tripulantes sin una previa y larga revisión total de identidades, cargas e inspección del interior del vehículo.
Si se exhiben credenciales, carnet de identidad extranjeros, o pasaportes, menos aún se logra continuar el viaje sin el procedimiento pautado.
Por tanto
Para que Arturo Cubillas Fontán primeramente haya logrado evitar el registro del vehículo, la carga y los tripulantes, tomando en cuenta que posiblemente parte o el total de los equipos e insumos necesarios para la operación, formaban parte de la carga en el vehículo: Armas, municiones, explosivos, detonantes y demás requerimientos del curso.
Para que le permitieran continuara el viaje, habría sido necesario una orden expresa –con la individualización e identificación del interesado incluido– del jefe de guardia o superior de nivel en el comando de adscripción de la alcabala o punto de control.
Para que ese comando superior emita esa orden, tiene que haber recibido de su comando central, una orden específica en ese sentido y para que el comando central la emita, tiene que haber recibido el requerimiento directo del titular de un órgano político, comandante de fuerza, ministro o alguien superior a esa posición.
Significa que lo que Arturo Cubillas Fontán logró, lo hizo mediando no un papel, documento o credencial, sino el contacto directo, la alerta, rogatoria y requerimiento hecho en ese momento de la detención, a ese alto nivel de gobierno que dio la orden y dispuso su retransmisión en cascada hasta los funcionarios de guardia en el punto de control.
Y fueron dos veces en el mismo viaje, que debió Arturo Cubillas Fontán, solicitar la intervención del alto nivel político que lo liberó para continuar con su misión; de allí el otro especial logro de Arturo Cubillas Fontán en aquel momento y circunstancia: La asignación de una escolta oficial, integrada por efectivos del DIM y de una u otra de las unidades de la FANB.
Reactualizando affaire
Nada de lo que ha sido comentado sobre las relaciones de la ETA con el gobierno venezolano y de ambos a su vez con la organización terrorista FARC colombianas, resulta en lo absoluto una novedad o algo no conocido.
Desde finales del mes de febrero, luego de la publicidad del Auto de Procesamiento 75/09 (DP 263/08) dictado por el titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, magistrado Eloy Velasco Núñez, todo el asunto de esta vinculación y de los desempeños de múltiples y variados niveles jerárquicos y funcionarios del gobierno venezolano con miembros, actividades y objetivos políticos y militares de la ETA de España y de las FARC de Colombia, quedaron a la luz del público dentro y fuera de fronteras y es objeto hoy de indagaciones jurisdiccionales.
Que ahora dos de los participantes en esos cursos de entrenamiento, Javier Atristain y Juan Carlos Besance integrantes del llamado “Comando Imanol” y detenidos en España, hayan confirmado uno u otro detalle ya conocido, sólo significa eso, una confirmación de lo ya actuado y en proceso por ante la Audiencia Nacional de España.
Lo significativo y que pudiere ser tomado como novedad, ha sido la airada reacción del gobierno venezolano por boca de su Embajador en España, Julián Isaías Rodríguez Díaz, quien a título de descalificación de las declaraciones, alega que éstas son falsas y que a lo sumo pudieren haber sido el resultado sino de torturas, sí de amenazas contra miembros de la familia de los dos encausados.
Lo más significativo es que ahora, varias declaraciones y varios días después, cuando ya el gobierno no tiene otro argumento o alegato como respuesta a lo evidenciado en actas procesales españolas, el Canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, declare que se realizará “una investigación interna”.
Bien lo afirma como respuestas el Sindicato Unificado de Policías (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP): “… la investigación anunciada por Venezuela en torno al miembro de ETA Arturo Cubillas… ‘ya está todo investigado con autos judiciales’… que le detenga y le extradite a España… ambas asociaciones dudan de que el Gobierno de Hugo Chávez vaya a hacer algo al respecto y creen que sólo ha anunciado estas indagaciones ‘para salir del paso’. (http://bit.ly/diD4As)
Es decir, en otros términos, el Canciller Nicolás Maduro al declarar oficialmente que se va a realizar una investigación interna, nos obliga a tratar de interpretarlo y no queda otra expresión que decir.
A la luz de todo lo evidenciado, sustanciado por la Audiencia Nacional de España y en parte expuesto esta nota, frente a ello, la declaración del Canciller significaría técnicamente, que los expertos criminalistas del gobierno venezolano van investigar una investigación investigada
...ambas asociaciones dudan de que el Gobierno de Hugo Chávez vaya a hacer algo al respecto y creen que sólo ha anunciado estas indagaciones ‘para salir del paso’.
ReplyDeleteMás que una duda es una certeza... ojalá me equivoque.
Un cordial saludo desde España.
Si mal no recuerdo esa investigación, ahora anunciada por Maduro, ya había sido ofrecida por otro alto dignatario venezolano con motivo del auto de la Audiencia Nacional española a cargo del magistrado Eloy Velasco Núñez.
ReplyDeletePor otra parte es evidente la conexión que hay entre la "pérdida" de los explosivos C4 de los polvorines del ejército venezolano y su utilización por parte de la ETA en el atentado de Barajas.